Escribo esto por dos motivos muy particulares, el primero es un aburrimiento mortal que me produce la pantalla del computador y el segundo es por que mi querida profesora siempre ha querido que alguien satirice un rato la farándula chilena. Procederé a hacerlo en las siguientes líneas.
Debemos comenzar por el escalafón más bajo de todos como en todos los ámbitos de la vida, este degradado rango lo adquieren los nunca bien ponderados periodistas de la farándula, aquellos seres que tratan de sonsacarle un pequeño esbozo de privacidad a aquella imponente figura que es el famoso o famosa, ¿con quien se acostó su marido? Es una de las mas frecuentas preguntas de este oficio, o un clásico ¿Qué opina usted de lo que esta haciendo Kenita Larraín en estos momentos? Muchas veces esas indiscreciones les ha costado un golpe o quizás dos, lo más risible del asunto es que el más golpeado es el camarógrafo, quien no tiene la culpa de cumplir el arriesgado trabajo que tiene, si me preguntan prefiero quinientas mil veces ser camarógrafo de una protesta estudiantil y ser acallado brutalmente por una causa “justa” que ser acallado por una idiotez, me compadezco de aquellos ciudadanos que sufren ese castigo.
En el siguiente rango de fauna periodística farandulera se encuentran los maravillosos paparazzi, ¡OH que gratificante! Ver la desnudez de Cecilia Bolocco o el funeral de la Lady Di, imagínense solo gracias al imprudente lente de un paparazzo. A mi juicio son las criaturas más despreciables de toda la farándula ya que a estos no se les puede castigar físicamente, por dos motivos; el primero que son muchos concentrados en un mismo lugar; y el segundo que a lo mejor no los ves por que se esconden detrás de un matorral; como tercera (la cual no la mencione antes) es que te persiguen en un auto a altas velocidades.
Continuando con el circo que es esta fauna nos encontramos de lleno con un espécimen de increíble proporciones, esta increíble criatura de la que les voy a hablar es el sueño de todo hombre, esta imagen onírica me gusta llamarla, la mujer de sobredimensionados pechos. Es sin duda el ejemplar más curioso de este mundillo vil que es la farándula. Retrátenlo en sus mentes, argentina rubia o morena que de un día para otro se pone verdaderas pelotas de fútbol en el lugar donde estaban sus pechos, y lo mas hilarante del asunto es que si pierde un pelito de atención van donde el quirófano y se inyectan un poco más para realzar su ya protuberante busto. Estas modernas diosas que si esos pechos fueran naturales serian unas nodrizas excelentes, figuran en estos burdos programas nocturnos como “Morandé con compañía” o estos insulsos programas matutinos como “SQP” o “Gente como tú” o el morboso zoológico de farándula llamado “Primer Plano”, sin contar el desperdicio de celulosa que es el diario “Las Ultimas Noticias” que no tiene nada mejor que escribir en sus líneas que el acontecer de la farándula, mostrando sus enormes senos y si se les escapa una “amiguita” quedan gigantescos cataclismos mediáticos en que se toman media hora de un programa en donde repiten unas 30 veces la misma imagen que ya ni siquiera causa la misma impresión del primer momento.
En seguida les presentare el troglodita de la farándula, el futbolista. Son los llamados “huachitos ricos” del deporte, expertos en monosílabos y sonidos guturales, estos deportistas se destacan por sus constantes infidelidades a sus ordinarias esposas que trabajan en el rubro del modelaje (ya me detendré en esa especie), pero si vemos bien de cerca la estupidez que ataca a muchos de estos es gigantesca, siempre se tiene algo que contar de estos verdaderos orangutanes, desde borracheras desenfrenadas hasta engaños maquiavélicos a sus mujeres, las cuales salen figurando, totalmente iracundas frente a la cámara de televisión lanzando pachotadas como es un ejemplo claro, Romina Salazar, quien no escatima en lanzar improperios a la gente. Como anexo a este apartado de futbolistas debo incluir a las modelos, anoréxicos organismos dispuestos a desnudarse por un poquito de dinero, si eso les falla los escándalos nunca estan de más, y así consiguen una portadita en un diario amarillista o una revista torpe.
Ahora el plato final, tenemos como acto de cierre de este verdadero carnaval de fenómenos, a los opinólogos (me pregunto si de verdad será una profesión). Estos despreciables seres, fríos y horrorosos, además de déspotas y arrogantes, son la cereza del postre, sus destructivos comentarios espantan a cualquiera, son tan imperfectos como lo que critican, sobre todo este Italo Passalacqua, quien pone puros cuatros y rojos sin discriminación, o Jordi Castel quien usa su sexualidad para ganar rating, cosa que encuentro denigrante. También debemos destacar a estos personajes de farándula que se ven metidos en estos programas comentando de sus compañeros que también fueron victimas y los tratan de destruir para encajar en ese mundo de descalificación barata y torpe, ¿No dice la Biblia “Juzguen y serán juzgados”? bueno hoy en estos días nadie le hace caso al librito aquel, pero yo creo que es un acto deshumanizado hacer que el defecto de una persona sea agrandado 3000 veces mas por televisión y que por culpa de aquello se pierdan credibilidades…
Bueno aquí termina el gran circo de “Los Farandulini”, la piñufla muestra de odio y desprecio hacia la farándula chilena.